La verdad es que los correctores siempre nos estamos quejando del mal uso del gerundio. Y, personalmente, tengo la sensación de que esas quejas caen en saco roto, porque cada vez que recibo un nuevo texto médico en español para editar o corregir me enfrento a una marea de gerundios.
El gerundio y sus usos legítimos
Lo primero que debemos aclarar es que el gerundio tiene usos perfectamente válidos en español, pero son pocos. Su uso más sencillo es la formación del tiempo presente progresivo o presente continuo (algo que sucede en este mismo momento), o bien otras perífrasis de gerundio que expresan una acción, un proceso o un estado de cosas en curso. En el caso de oraciones complejas, sirve para expresar una acción simultánea a la del verbo principal. Es sumamente importante recordar que, si la acción no es simultánea, el gerundio no es pertinente en absoluto. Veámoslo con algunos ejemplos:
– Presente progresivo: El niño está llorando; mi padre está llegando ahora.
– Perífrasis: Llevo estudiando un rato; nos dijo que siguiéramos trabajando.
– Dos oraciones; acción simultánea: El ingeniero resolvió el problema utilizando un nuevo algoritmo; ella me dejó claro lo que pensaba lanzándome una mirada acusadora.
Si nos fijamos bien, en las oraciones complejas con un verbo principal (resolvió, dejó), el gerundio responde a la pregunta ¿cómo? y cumple la función de complemento de modo (¿de qué manera o cómo resolvió el ingeniero el problema? Utilizando un nuevo algoritmo). Soy perfectamente consciente de que durante las clases de sintaxis del bachillerato estábamos todos (excepto tres o cuatro raritos) pensando en otras cosas o dibujando monigotes en una libreta, porque la jerga de los complementos nos parecía soporífera. Pero creo que esta explicación es sumamente útil para identificar el uso correcto de un gerundio en una oración compleja o subordinada, y puede servir de gran ayuda. Así que preguntaos: ¿actúa el gerundio como complemento de modo? ¿Sí? Es correcto. ¿No? Ya estáis tardando en borrarlo.
Usos incorrectos del gerundio
Los errores más frecuentes con el gerundio son básicamente dos.
1. Gerundio de posterioridad
Aquí el error consiste en usar el gerundio para expresar una acción que sucede después del verbo principal.
Se realizó el experimento, obteniendo los resultados esperados.
Se sometió a votación la enmienda, aprobándose por unanimidad.
¿Qué está pasando aquí? Simplemente que las acciones expresadas por el gerundio suceden después del verbo principal. La manera correcta de expresar esta sucesión temporal es emplear la conjunción y (además de conjugar el verbo, claro está):
Se realizó el experimento y se obtuvieron los resultados esperados.
Se sometió a votación la enmienda y se aprobó por unanimidad.
Qué sencillo, limpio y apañado, ¿verdad?
2. Gerundio causal ambiguo
Se incrementó la eficiencia, reduciendo el consumo de energía.
El tratamiento elimina el dolor crónico, mejorando la calidad de vida del paciente.
El uso del gerundio aquí oculta una relación lógica que merece ser explicitada. ¿La eficiencia aumentó porque se redujo el consumo, o lo hizo al mismo tiempo? ¿Qué fue causa y qué fue efecto? La calidad de vida del paciente mejora porque desaparece el dolor, ¿cierto? Por lo tanto, en términos temporales, la calidad de vida mejora tras la desaparición del dolor (no antes ni durante). Entonces el gerundio no es pertinente. Lo correcto sería:
Se incrementó la eficiencia y esto redujo el consumo de energía.
El tratamiento elimina el dolor crónico, lo que mejora la calidad de vida del paciente.
Incluso puede cambiarse el orden de los elementos para construir simples oraciones causales.
El consumo de energía se redujo porque se incrementó la eficiencia.
La calidad de vida del paciente mejora debido a que el tratamiento elimina el dolor crónico.
Por supuesto, en la práctica ambos usos se mezclan y combinan, y precisamente la ambigüedad del gerundio hace difícil muchas veces comprender si la frase tiene un matiz temporal o causal. Razón de más para evitar el gerundio.
¿Por qué se abusa del gerundio?
Los malos usos del gerundio proliferan en textos de todo tipo, ya que son un mal extendido y endémico. La ficción, el ensayo, los artículos periodísticos, los libros técnicos… En todos ellos vamos a encontrar numerosos gerundios mal empleados. Pero los libros científicos, en particular, son especialmente propensos a manifestar este problema. Quisiera destacar que, cuando me enfrento a un texto científico-médico traducido del inglés casi nunca encuentro estos gerundios y, si me topo con algún caso, se trata de alguna excepción generada por la IA (v. más adelante) o por un traductor que estaba cansado después de llevar trabajando (perífrasis de gerundio) muchas horas.
Sin embargo, en cuanto recibo un texto médico escrito por doctores hispanohablantes me echo a temblar y me preparo para el «chorreo» gerundino. Nunca me equivoco.
¿Por qué sucede esto? Existen varias razones.
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- Calco del inglés: el origen primario del mal uso del gerundio es la influencia del inglés. En esta lengua es correcto emplear el gerundio con significado de posterioridad y, de hecho, se utiliza bastante (aunque es posible que también haya algo de abuso en esta práctica). Las proliferación de malas traducciones ha hecho que este problema se extrapole a textos originales.
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- Economía de palabras y apariencia de fluidez: el gerundio permite al autor condensar ideas complejas en menos espacio. En textos densos, parece dar ritmo y continuidad. También evita tener que conjugar el verbo.
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- Falsa sofisticación: este es un problema muy específico de los textos técnicos y científicos. Algunos autores creen que el gerundio suena «más científico» o «más profesional». Y esta es la principal batalla que debemos combatir. No se usa el gerundio solo por error o desconocimiento, sino que muchas veces se hace de manera completamente intencionada por la creencia de que el texto parecerá más profesional, pomposo o «académico». Hay autores que escogen el gerundio porque le adjudican un matiz de prestigio lingüístico. Me temo, queridos autores, que nada más lejos de la realidad.
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- Pérdida de la capacidad de construir oraciones de relativo: se ha constatado que en las últimas décadas los hablantes de español están perdiendo la capacidad de construir frases de relativo y frases subordinadas de manera correcta. Estas construcciones exigen una concordancia precisa entre los elementos de la frase y suponen un esfuerzo adicional que los hablantes no parecen estar dispuestos a asumir. En este sentido, el gerundio es un comodín muy práctico.
Razones por las que debes dejar de usar mal los gerundios
– Precisamente porque la ciencia exige precisión y claridad, el redactor científico debe conocer el uso adecuado del lenguaje. No se me ocurre otra profesión en la que la lengua deba ser más exquisita y correcta, ya que no sirve de nada progresar en un conocimiento que no se sabe transmitir. La ambigüedad o los fallos de comunicación pueden generar errores de percepción y malinterpretaciones, y la ciencia es todo lo contrario; es exactitud, medición y evidencia. No se puede permitir que haya dudas sobre la causalidad de un hecho, puesto que precisamente diferenciar la causalidad de la consecuencialidad es una de las tareas fundamentales de la ciencia. Emplear gerundios incorrectos siembra dudas constantes sobre este aspecto y deja en manos del corrector (quien no siempre tiene los conocimientos médicos adecuados) decidir sobre la causalidad o la temporalidad de los eventos que se describen.
– Un texto plagado de gerundios transmite que el autor es perezoso e incapaz de construir oraciones complejas y de relativo; crea confusión y cansancio en la lectura y distrae la atención del contenido. Creedme: es muy pesado leer textos llenos de gerundios.
Sé que en el futuro próximo seguiremos viendo textos con gerundios mal empleados, pero espero que este pequeño resumen del fenómeno pueda aportar algo de claridad a las personas interesadas. Es muy importante que los autores comprendan que el gerundio no es prestigioso, sino simplemente molesto.
¿Qué hace la IA?
Los softwares de inteligencia artificial más avanzados suelen evitar los gerundios y traducen correctamente este tipo de construcciones del inglés. Se les puede escapar algún gerundio (especialmente si el texto original tiene demasiados), por lo que siempre hay que echar un ojo.
Por supuesto, hay traductores automáticos de muy baja calidad que traducen todos los gerundios literalmente. Cuidado.